Bulnes, lunes 30 de agosto de 2010.
Queridas amigas y amigos, compañeras y compañeros,
Quisiera partir este discurso expresando nuestro deseo, nuestra esperanza, de recuperar con vida, sanos y salvos a cada uno de los 33 chilenos que llevan atrapados más de 10 días en la mina San José.
Lo que están sufriendo ellos y quienes los quieren, la gente de Atacama y toda la gran familia de la minería es un dolor para todos los chilenos y chilenas, y debe hacernos reflexionar especialmente a los que estamos en esta sala.
Hoy es el momento de poner toda nuestra energía y nuestro esfuerzo como país en las labores de rescate. Pero después deberá venir la hora de esclarecer las responsabilidades e investigar a fondo y sin cálculos de ningún tipo las razones de este accidente y las enseñanzas que nos deja.
Estaremos atentos a que estos hechos no sean instrumentalizados políticamente ni usados para ninguna agenda que no sea salvar a las víctimas, establecer las responsabilidades vengan de donde vengan y sacar lecciones como país.