Visitamos el tradicional balneario al costado poniente del Río Itata, en el límite de las comunas de Bulnes y Quillón.
De ser un concurrido balneario antaño, hoy es la sombra de las excavaciones que dejaron los que buscaban áridos y un río en el que está prohibido bañarse debido a la contaminación por minerales que se sueltan cuando las máquinas sacan el ripio del fondo del río, muchos metros más arriba.
Pero aún así hay vecinos que se arriesgan, lo visitan, se bañan e incluso acampan en su orilla. Lo comprobamos en nuestra visita donde nos encontramos con una familia venida de San Rosendo que en numerosas carpas y un semi campamento, acampan por varios días en su orilla y disfrutan el verano. Ante la consulta del porqué el río Itata si ellos tienen los ríos Laja y Biobio, nos respondieron que sus ríos no tienen piedras como el Itata.
También tomaba mate bajo la sombra de unos árboles, una familia de chilenos radicados por muchos años en Argentina y nos comentaron que volvieron buscando sus raíces que estaban en la Trinitaria y en el Puente 7. Se equivocaron y arrendaron una cabaña en Las Mercedes y visitaron el Itata. Les indicamos lo que tenían que hacer para llegar al Puente 7 de la ruta 148 antes de llegar a Concepción.
Muy cerca un grupo de jóvenes también reposaba después del baño y nos dijeron que eran de Concepción. Ante nuestra consulta de porqué el Itata si ellos tenían tantos hermosos lugares donde concurrir, nos respondieron que por la tranquilidad y porque no había aglomeración de gente.
Su encanto tiene el Itata que hace que los vecinos desafíen su prohibición de bañarse y también su fama de ser un río cobrador de vidas, ya que el segundo ahogado de la temporada fue precisamente unos metros más arriba de donde estaban.
Y lógicamente también había vecinos de Bulnes bañándose y disfrutando de las verdosas aguas del río Itata bajo el Puente El Roble.